EL LADO OSCURO DEL MEDIOAMBIENTE



Pocas cosas peores hay, para una marca global de consumo, comparable a que Greenpeace te ponga la proa.

Hace años que soy consciente del escaso compromiso medioambiental que tenemos los ciudadanos en general. A todos nos gustaría vivir en un planeta limpio de contaminación, con bosques verdes, aguas cristalinas y pajaritos piando cada mañana en los alfeizares de nuestras ventanas. Pero la realidad es bien diferente y como no cambie un poco la cosa nos encaminamos a un futuro incierto en donde los daños medioambientales pueden ser irreversibles.

Hay que reaccionar y la sociedad civil parece la única que puede tomar el testigo ante la inactividad de los gobiernos, atenazados por los lobbys, la burocracia y la estrechez de miras.

Sinceramente creo que el enfoque actual es erróneo y que otro planeta es posible. Este verano disfruté con la lectura de "Economía Azul" de Gunter Pauli (que os recomiendo), en donde se explican con mucho detalle 10 iniciativas medioambientales que generarían 100 millones de empleos, las cuales en el caso de implementarse mejorarían mucho las cosas, algunas sorprendentes como la de los gusanos de seda.

Aquí el asunto es que Greenpeace se enfrenta a una de las corporaciones industriales más poderosas del planeta, con importantes intereses económicos, el Grupo Volkswagen. Un conglomerado que en 2010 obtuvo 7.100 millones de euros de beneficio, que es el primer fabricante europeo de automóviles, con 62 plantas de producción en el mundo que dan empleo a más de 400.000 trabajadores de forma directa (y ya no digamos indirecta).

La ong medioambientalista despliega todo su "armamento" argumental para dar a conocer las malas prácticas medioambientales de VW, y está calando el mensaje.

La última acción 2.0 es proponer una iniciativa en la red que a modo de concurso anime a crear anuncios que parodien las campañas de la empresa automovilística, sobre todo la última que se gestó sobre La Guerra de Las Galaxias," Dark Side" la llaman, casi nada.

Ya veremos como acaba la trilogía. Lo deseable: que VW recapacite, haga un esfuerzo por mejorar sus protocolos industriales en relación al medioambiente (sobre todo huella CO2) y que Greenpeace se lo reconozca.

Que la fuerza les acompañe



La entrada me la inspira marketingnews


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