TELEASISTENCIA DE CRUZ ROJA

La entrada de hoy trata de un programa que vincula atención social y tecnología que conozco en detalle. Me refiero a la teleasistencia domiciliaria. Lo conozco bien porque el primer aparato de estas características que se instaló en Galica lo hizo Cruz Roja, organización de la que fui Secretario Autonómico de 1992 a 1999 y en la que hoy soy voluntario. Pues bien, cuando en el 92 inicié mi andadura institucional ya teníamos instalados desde hacía 2 años el programa, con una decena de los primitivos aparatos funcionando. Hoy, 18 años después, el avance de la atención social y de la tecnología han sido tales que la teleasistencia se ha convertido en un soporte fundamental para el bienestar de miles de personas y sus familiares.

Las cifras que mejor conozco son las de Galicia, en donde Cruz Roja tiene instalados 4.500 aparatos con los que atiende a otras tantas personas que ya pueden decir que "no están solas". Pese a que el ritmo de crecimiento de instalaciones es de150 al mes todavía estamos lejos de los estándares de necesidad. Calculamos que el umbral necesario para Galicia ronda los 15.000 usuarios.

Pero la teleasistencia no se queda en un aparato que en caso de necesidad, pulsando un botón, pone en contacto a la persona que lo necesita con la central de Cruz Roja. Hoy disponemos de videoasistencia, todavía en estado embrionaria pero llegando con fuerza, tenemos equipamientos especiales para enfermos de alzheimer, que acotan una zona y en caso de que se salga de la misma se activa una alarma, tenemos dispositivos que acompañan a las mujeres amenazadas y les permite activa su alarma en caso de necesidad, tenemos sensores de movimiento para cuando, por ejemplo, una persona mayor se levante de la cama por la noche y no vuelva, se active una alarma, dispositivos para sordos y ciegos con señales especiales y apoyo de traductores de signos para los primeros ... en fin, todo un desarrollo de tecnología social que no deja de avanzar y que permitirá mejorar la protección a los más vulnerables, verdadero fin de su existencia.

La entrada tiene un doble objetivo. Además de servir de escaparate para la recién inaugurada central de atención de la Cruz Roja de Galicia, pretende rendir un pequeño homenaje a una persona que aprecio, alma mater del programa en A Coruña y gran profesional de Cruz Roja, que está atravesando momentos difíciles por la grave enfermedad de su padre, Loreto Somoza.

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