MIGUEL ANGEL BUANORROTI

Me diréis y con razón qué hago en mi blog dedicado al marketing humanitario dedicando una entrada al Sr. Buonarroti. La verdad es que de la reciente visita a Florencia quedé tan impresionado por la vida y obra de este genio que llevo varios días barruntando una entrada relacionada.

Al hilo de los acontecimientos que se produjeron durante su vida, por cierto apasionante, reflexiono sobre la vías de captación que la Iglesia de Roma ponía en marcha en la época, con gran éxito recaudatorio, pero enorme fracaso moral y que trajeron consecuencias trágicas para el devenir de la propia iglesia.

También sería interesante analizar en la entrada las recaudaciones de mecenas que en la Florencia del Renacimiento se prodigaron, principalmente lideradas por los Médicis y que dejaron para la posteridad un abrumador legado artístico, hoy disfrutado y admirado por el mundo entero.

La "particular" acción de captación de fondos de la iglesia se genera por las necesidades financieras que aparecieron para la construcción de la Basílica de San Pedro emprendida por León X, el Papa nº 217 de la Iglesia Católica, que lo fue de 1513 a 1521. Antes de ser Leon X este enamorado del arte era Giovani de Lorenzo di Médici, hijo de Lorenzo el Magnífico, nombrado cardenal con tan solo 13 añitos.

La magna obra demandaba cuantiosas inversiones de las agotada arcas de la Iglesia de Roma, debilitadas por las guerras en las que se vio inmerso su antecesor y se imponía allegar fondos por vía de tributos especiales y recaudaciones extraordinarias. Agobiados los Estados Pontificios por las cada vez más abultadas medidas fiscales, acudió el Papa al recurso de la venta de indulgencias bajo la promesa evangélica de obtener el ciento por uno en la otra vida. Así el Papa publicó una bula el 31 de marzo de 1515 solicitando donativos de los fieles cristianos para la obra basilical a cambio del perdón divino de sus pecados. La escandalosa transacción de indulgencias por dinero fue el detonante para que Martín Lutero iniciara en 1517 una reforma eclesiástica que habría de escindir la comunidad cristiana. De nada sirvieron las condenas por el Papa de las doctrinas luteranas, ni la excomunión en 1521 de su autor y de quienes las siguieron: la Reforma protestante no se pudo atajar.

Los protestantes sostienen que Lutero se indignó, entre otras cosas, por la existencia de la bula conocida como Taxa Camarae, en la que el Papa fijaba los estipendios a entregar a la Corte Papal en función de los diversos pecados posibles, en vistas a su absolución. Según esto, se podría obtener el perdón por los pecados cometidos, o comprarlo anticipadamente para los pecados a cometer, a modo de licencia, mediante un pago en dinero. Quien quería liquidar un contricante, adelantaba un dinerito y perdonado estaba, nada más y nada menos.

Con respecto al David  lo esculpió Miguel Angel entre 1501 - 1504 por encargo de la Cooperativa de Mercaderes de la lana de Florencia (casi la CEOE de hoy). Es la escultura que le lanza al estrellato con apenas 24 años. Se trata de una pieza de 409 cm de altura, tallada en mármol de Carrara. El encargo era originalmente para ponerla en la fachada de la Catedral de Florencia. Sin embargo, al ver el resultado, los mercaderes decidieron que merecía ser ubicada en un lugar más visible: frente a la sede de la Casa de Gobierno, convirtiéndose de esta manera en un símbolo de la República. En la actualidad la obra original se encuentra en la Galería de la Academia en Florencia. En la Piazza de la Signoria existe una copia de la escultura en el lugar donde ésta se ubicaba antes del traslado. Los especialistas consideran que esta escultura es perfecta en el sentido de las proporciones ideales del hombre, pues la cabeza representa un octavo del resto del cuerpo y el conjunto de la escultura mantiene el equilibrio total. Verla impresiona.

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