CRISIS EN EL CUERNO DE AFRICA


Llevaba unos días pensando esta entrada, pero preferí dejarla correr, porque con un nivel de indignación tan elevado seguro que iba a escribir alguna barbaridad.

A lo largo del tiempo se producen situaciones en el planeta que nos hacen hervir la sangre. Estos días estamos siendo testigos de una. La hambruna salvaje azotando a decenas de miles de personas que huyen de la violencia tribal en Somalia, atravesando desiertos, sin alimentos, ni agua, buscando refugio.

Es el momento de actuar. Toca a arrebato en el movimiento internacional de ong´s. Todas y cada una de las grandes, especialistas en atender desastres humanitarios despliegan sus equipos en el terrenos e intentan paliar, en la medida de sus posibilidades, el desastre. Las cifras a las que he tenido acceso son desalentadoras, la magnitud de la catástrofe es dantesca, la gente se muere. Pero lo peor de todo, lo que indigna y rebela la conciencia, es que se mueren de hambre.

En estos contextos uno se pregunta para que narices sirven organismos internacionales que deberían de velar por evitar este tipo de situaciones. Cada cierto tiempo lo mismo, burócratas con sueldos astronómicos, en despachos refrigerados con vistas al Hudson que planifican y aplican medidas absurdas para el desarrollo de países, que lo único que logran es hundirlos más y más.
   
Desde el marketing humanitario, una vez recuperado el ánimo, toca desplegar todas nuestras habilidades para sacar adelante la financiación de proyectos para la ayuda de emergencia. En este tipo de campañas, como siempre, quien más aportará serán los particulares, las personas individuales, que con pequeñas ayudas sumarán el grueso de lo recaudado. Sin embargo también las empresas querrán significase como solidarias, en muchas ocasiones con sincera responsabilidad, en otras con un tufillo oportunista que no suele pasar desapercibido.

Sumaros a aquellas iniciativas que os den más seguridad, las que más faciliten. Lo que se recauda es dinero, no materiales, ni alimentos. Bancos y Cajas, SMS, clicks en web´s, llamadas a 902, aportaciones de tarjetas de crédito, algún producto-servicio solidario,… os encontraréis con multitud de canales para apoyar económicamente las diferentes campañas de ayuda humanitaria. Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Acción contra el Hambre, Cáritas, ACNUR, UNICEF, …  todas ellas hacen una gran labor. Recomendaría centrarse en las grandes, porque las pequeñas no tendrán posibilidad de canalizar la ayuda en los momentos álgido de la crisis, sí en otra fase de la ayuda al desarrollo.

Mi elección, porque sé de lo que hablo, siempre es Cruz Roja, es muy eficaz en este tipo de situaciones, desde el primer momento se puso en marcha, antes incluso de que los telediarios nos removieran en nuestros sofás con esas imágenes de niños agarrados al cuello de su madre con la mirada perdida. Tienen un teléfono, el 902.22.22.92, allí te dirán como ayudar.










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